La urbanización Costa Miño Golf era uno de los ejemplos que se ponían de la crisis inmobiliaria. Cientos de chalés, en perfecto orden y vacíos, muchos sin acabar, como cadáveres de un crack del que costó demasiado recuperarse. Y, curiosamente, ahora es otra crisis la que puede hacer que se pase página de la primera. El coronavirus ha provocado que muchos busquen sus viviendas lejos del asfalto de las grandes ciudades y, en la comarca coruñesa, donde había más casas de ese tipo era allí. Así, a estas alturas, ya se han conseguido vender dos terceras partes de las viviendas que, hasta ahora, estaban abandonadas. FOTO: Imagen de la urbanización de martinsa fadesa | aec