Un senador muy poco de fiar

RAMÓN Espinar es un destacado podemita habitual en las tertulias políticas de la teles, donde imparte lecciones magistrales de ética cada vez que aparece. Sin embargo, ni él mismo se debe creer sus sermones, pues fue designado senador autonómico por la Asamblea de Madrid, pero se comprometió con su compañera Clara Serra a que el cargo fuese rotatorio y, por lo tanto, a abandonarlo al cabo de un año para que lo ocupase ella. Han transcurrido esos doce meses y Espinar ha dicho que de la Cámara Alta no lo mueve nadie, porque no se puede fijar a los sucesores de antemano. Casualmente, él es uno de los adeptos más adeptos a Pablo “Viva la Gente” Iglesias, mientras que ella es una reconocida errejonista. Acabáramos. 

 

Un senador muy poco de fiar

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