La semana de paz


LA época de paz y amor de estas fechas se ha instalado en los políticos ferrolanos, quienes ya puestos en el relax contagioso que impera en el palacio municipal, han tomado a rajatabla el espíritu navideño. Los presupuestos no son más que algo oneroso que no conviene tratar para no amargar la tregua perpetua. Solo el Bloque, como partido laico, está gastando la traca final con asuntos tenebrosos como ese del techo de gasto. Las vacaciones constantes son el agua tónica que combina con cualquier momento. Atrás quedan los plazos que se automarcaba el regidor, no se sabe si motu proprio o aconsejado, para sacar adelante iniciativas. Para lo que queda de año... mejor esperar al verano.

La semana de paz

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