La sangre, al final, es la sangre

Está claro que, por muchas disputas que haya, la familia siempre es la familia. Que se lo pregunten a los Caballero. El tío y el sobrino no mantienen lo que se podría definir como una relación amigable y, sin embargo, cuando alguien levanta la voz contra uno, el otro, raudo como el rayo, sale en su defensa. Así, Gonzalo Caballero ha decidido darle una reprimenda al alcalde de Pontecaldelas a cuenta del trasvase del río para abastecer de agua a Vigo. Y, como no podía ser de otro modo, el Caballero pequeno se ha posicionado junto al Caballero grande, que para eso llevan la misma sangre. FOTO: Gonzalo caballero, puño en alto | aec

La sangre, al final, es la sangre

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