A Sánchez se le cae el chiringuito

A Sánchez se le cae 
el chiringuito

el problema de ser un trilero es que en cualquier momento se te puede ver el truco y se te desmonta el tenderete. Y, ahora mismo, a Sánchez se le está cayendo por todas las esquinas su tenderete de promesas y repromesas, tanto que amenaza incluso a su propia continuidad en la presidencia del Gobierno. Lo que aconteció el pasado miércoles con la negociación con Bildu y que terminó con un pacto para la derogación integral de la reforma laboral del PP es el mejor ejemplo del caos en el que estamos instaurados. Sánchez no necesitaba esos votos para sacar adelante la aprobación del estado de alarma, pero dicen los allegados al Gobierno que el PSOE buscaba dar un golpe de efecto destinado a sus socios de investidura, los mismos que lo abandonaron y se pusieron de perfil cuando el Ejecutivo echó mano de Ciudadanos. ¿Qué mejor gesto que pactar con los proetarras para demostrar que siguen en la senda “progresista”? Y poco importa que en un mismo acto también incumpla su promesa de que jamás iba el PSOE a pactar con el partido que ni tan siquiera fue capaz de condenar el ataque contra la vivienda de su secretaria general en Euskadi. Sánchez se comporta como un mono borracho al timón de ese barco que es España y el problema es que su suerte será la nuestra, mal que nos pese. FOTO: Pedro sánchez, en el congreso

A Sánchez se le cae el chiringuito

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