Paco Vázquez, el coruñesismo hecho hombre, ofició en su día, con el exdeportivista Albert Luque como monaguillo, la ceremonia de presentación en A Coruña de Albert Rivera, el político antes conocido como Adolfo Suárez. Fue el primer acto de adhesión de la izquierda –izquierda moderada, casi centro, la del exalcalde y más extrema, sobre el campo, eh, la del futbolista, porque fuera de él es cuspidiño a su jefe: se llaman igual, ambos nacieron en Barcelona y sus padres son de Málaga– al hombre naranja. Tanto debió gozar Rivera con la intervención del antiguo embajador que ya vuelve a la ciudad a por más piropos. Ambos participarán el día 6 en un coloquio y el ciudadano mayor prepara su desembarco haciéndole la pelota a su anfitrión: “Me consta que es constitucionalista y lo sigue siendo a pesar del sanchismo”. Mucho no se entera Rivera, puesto que precisamente de lo que Vázquez no tiene nada de nada es de sanchista.