Una puerta giratoria desata la gran bronca


TONE Gómez-Reino, el pijo coruñés que para intentar ocultar su pasado firmó a favor de la libertad del sanguinario De Juana Chaos, se quejó de que las bisagras de la puerta giratoria por la que Fernández de Mesa entró en Red Eléctrica carecían de Tres en Uno y el chirrido debió de ser tan molesto que se montó la mundial. Pablo “Viva la Gente” Iglesias, que aún está bajo los efectos de la sobredosis de Red Bull que supuso Vistalegre II, y la primera dama podemita, Irene Montero, que por momentos parecía un monito de repetición, se las tuvieron tiesas con el popular Ángel González, que también se lució haciendo el macarra. El espectáculo fue bochornoso y los gritos tan fuertes que casi nadie se enteró de que un diputado que pasaba por allí –claro, el pobre estaba atemorizado– preguntaba si las camas giratorias de unos partidos son lo mismo que las puertas giratorias de otros.

Una puerta giratoria desata la gran bronca

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