Aquellas promesas que se ha llevado el viento y el tiempo

Aquellas promesas que se ha llevado el viento y el tiempo

Allá por 2016, cuando los mareantes llegaron a María Pita, hubo un buen número de colectivos que creyeron que por fin iban a ser escuchados. Durante la campaña, los de Xulio Ferreiro se habían significado como xente do común, dispuestos a cambiar los modos de gobernar y se hartaron de prometer la solución a problemas que llevaban años enquistados en la ciudad. Ahora, después de unos cuantos gestos inútiles y de demostrar su incapacidad no ya para gobernar sino para mantener el ritmo de la ciudad en el día a día, la cola de los desencantados es ya kilométrica. Entre ellos están los policías municipales que ven como aquella promesa hecha por la Marea al comienzo de su mandato de que se iban a adecuar sus salarios, se disuelve tan rápido como un azucarillo en un café caliente. Están tan cansados de no ser escuchados que ya han optado por llevar su protesta a las puertas de María Pita y, mientras tanto, el alcalde y sus concejales siguen mirando hacia otro lado, que es lo que mejor saben hacer y en el presupuesto del próximo año dedican al problema 200.000 euros, que no servirán para nada. FOTO: protesta de los policías locales

Aquellas promesas que se ha llevado el viento y el tiempo

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