El pistolero de Rianxo

COMO si fuese un pulpo de la ría de Arousa los tentáculos de la red de tráfico de armas que, al parecer, dirigía el embajador norcoreano en España, Alejandro Cao de Benós, llegaron hasta Rianxo, donde fue detenido un implicado. Desde luego, la gente tiene ganas de complicarse la vida. Si en vez de tratar de enviarle unas pistolas, le enviase unas xoubiñas, seguro que el mastodóntico presidente de Corea del Norte, Kim Jong-un, el único hombre gordo de su país, quedaba más agradecido y él se evitaba el follón con la Guardia Civil.

 

El pistolero de Rianxo

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