Los perros sobran en la lalinesa praza da Vila

A o fillo do fillo do muiñeiro; para sus amigos, Rafa; para sus rivales, Cuiña, y para sus conciudadanos de Lalín, el alcalde, le gusta el cocho, sobre todo cuando está en el estómago, porque significa que ha disfrutado de un buen cocido. También le gusta el porco bravo y colgar en Twitter una foto de una piara de jabalíes hozando de madrugada por las calles de su pueblo bajo un texto conciso: “Alborexa en Lalín”. En cambio, no le deben de gustar nada los perros, pues la praza da Viola ha aparecido sembrada de carteles con el lema: “Prohibido cans”. Menos mal que se maneja en las redes sociales con una soltura solo equiparable a su maestría en uso de la retranca, porque como se entere Frank de la Jungla enseguida le lanza un tuit acusándolo de chuchófobo.

Los perros sobran en la lalinesa praza da Vila

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