ESTO de la cárcel se anima. Ahora la que puede pasar una temporadita –hasta cuatro años– es Patricia Conde. Pecó de cotilla y se le complica el futuro. Estaba en pleno proceso de divorcio y para dar solidez a los argumentos de su abogado entró en el ordenador del ahora exmarido, fisgó un poco y se apoderó de los documentos que le dio la gana. Lo mismo hizo con el correo electrónico. Por daño moral y vulneración de la intimidad puede acabar enjaulada. Si los vídeos que grabaron de extranjis a los republicanos catalanes se cotizan un montón en las redes, no quiero ni imaginarme lo que podría pasar con los de la presentadora televisiva. FOTO: patricia conde | aec