A Pedro le toca ponerse el traje de seductor

A Pedro le toca ponerse el traje 
de seductor

lo de la búsqueda de apoyos para la votación de la sesión de investidura es algo así como meterse en una app de citas y esperar que el elegido no sea un psicópata. Hay que tener abiertos varios frentes –aquello de no soltar una rama antes de tener otra agarrada–, mantener el misterio para que ninguno pierda el interés y llevar el control para no equivocarse de nombre en el momento más inoportuno. Pedro: presidente en funciones que adorna en cualquier evento, inasequible al desaliento, abierto a los cambios y que no dice que no a un buen abrazo busca diputado para amistad y lo que surja. Halagos y atenciones garantizados hasta Navidad –fecha sujeta a variaciones en función del calendario de formación de Gobierno–. Con su sonrisa más brillante y haciendo gala de su generosidad –el equivalente de pagar la cena lo mismo puede ser construir una carretera que entregar competencias– se va a hartar de encuentros en los que mirar a los ojos a sus invitados. Ya puede ir poniéndose el traje de seductor. FOTO: pedro sánchez, con sonrisa de llegar a acuerdos | mariscal / efe

A Pedro le toca ponerse el traje de seductor

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