Unas patadas para decidir el futuro del huido Puigdemont

Unas patadas para decidir el futuro del huido Puigdemont

PIQUÉ nació con habilidad para dar patadas; eso nadie lo puede negar. Lo mismo se las arrea al balón que al contrario e incluso a la ley, pues se queja de que no se está respetando el resultado de las elecciones catalanas... vamos, para mandarlo al banquillo, pero no precisamente al del Camp Nou. En otras dependencias del estadio del Barça, los despachos de los directivos, andan también un poco alterados, ya que temen que en dos días los señalen como traidores. Se negaron a participan en “Cataluña nos roba”, pues rechazaron pagar los 3,5 millones que “por patriotismo” les exigía una exconsejera para pagar la fianza impuesta por el Tribunal de Cuentas por el referéndum ilegal de noviembre de 2014 y temen que se lo hagan pagar golpeándolos con esteladas mojadas. Lejos del campo de fútbol tampoco hay tranquilidad, al menos para Torrent, el presidente del Parlament, a quien el prófugo Puigdemont presiona para desobedezca al Constitucional y no suspenda el pleno de investidura. Es cuestión de horas saber qué le da más miedo y a quién le da la patada. FOTO: torrent y puigdemont, felices y contentos en bruselas | aec

Unas patadas para decidir el futuro del huido Puigdemont

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