LOS túneles subterráneos de acceso peatonal para salvar carreteras de alta densidad de tráfico acaban convirtiéndose en un basurero por el que ningún vecino se atreve a pasar por razones de seguridad e higiene. Algunas ciudades han optado por las pasarelas, aunque sean ingenios expuestos a la intemperie y a las lluvias torrenciales para los transeúntes, pero se evita un costoso mantenimiento y problemas de seguridad. Algún paso queda en Ferrol, de esos que nadie utiliza a non ser en caso de extrema necesidad. Solo queda tapiarlo o limpiarlo, ninguna de las dos medidas es popular, pero hace falta una solución antes de que se produzca la reforma de As Pías, que tiene visos de ser para tarde.