Lo que pasa cuando no se tiene término medio

sabemos que en el término medio está la virtud, pero lo de practicarlo se nos resiste. Unos por dejadez y otros por exceso de celo. El peligro de estos últimos es que no tienen reparos en, por ejemplo, expulsar a una mujer mayor de un autobús. El caso tuvo lugar en un pueblo madrileño a las ocho y media de la mañana, cuando la mujer, de 81 años, quiso pagar en metálico el billete de un trayecto a una localidad vecina, donde tenía cita con el médico. En los interurbanos no está permitido este pago y con el abono caducado en mitad del confinamiento y sin posibilidad de recargarlo –en su pueblo no hay estanco– las monedas eran la única opción. No hubo forma. El conductor se negó a circular con ella en el bus. Por miedo a una sanción, decía. Ahora se enfrenta a la indignación de todo un pueblo.

Lo que pasa cuando no se tiene término medio

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