La panadería más rentable del mundo

LOS Montesco y los Capuleto no
eran dos familias bien avenidas y así acabaron como acabaron. Los Pujolone y los Ferrusolone se dieron cuenta de que son más productivas las buenas relaciones y sus lazos nunca dejaron de estrecharse. Pese a su aspecto de miembros de una orden mística y ascética –don Jordi, ensotanado, haría un buen mosén de pueblo, pueblo rico, donde el párroco estuviese ben mantido. La hermana Marta sería una abadesa con sandalias, eso hace pensar sus mensajes al banco de Andorra donde guardaban la pasta: “Soy la madre superiora de la Congregación...”– eran panaderos; lo suyo era amasar y amasar –dinero– para llevárselo calentito a Andorra, a Luxemburgo, a Suiza... Los investigadores cifran en 290 millones de euros la fortuna que saquearon entre finales de los setenta y 2014 con sus “conductas criminales”, en las que operaban con “unidad de caja”. Pues sí que da pasta la chapata, o sería pan de payés.

La panadería más rentable del mundo

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