Palabra de derechita cobardica

MIKE Tyson llenaba el Madison Square Garden y el público enloquecía con los puñetazos que le arreaba a sus rivales. No solían ser muchos, pero sí demoledores, pues en unos pocos minutos los tumbaba en la lona. El voxiferante Santi Abascal quiso imitar al púgil y en plena campaña de las generales calificó al PP de “derechita cobarde”. El lobista –con “b”, no con “v”, porque no es un depredador de mujeres, sino de voluntades– Aznar entró al trapo y lanzó un gancho: “A mí, mirándome a la cara, nadie me habla de una derechita cobarde porque no me aguanta la mirada”. Claro que hay que tener en cuenta que iba de subidón, pues la combativa Cayetana Álvarez de Toledo, musa del ala más reaccionaria del PP, acababa de exhibir su carácter ante los radicales de la Universidad de Barcelona. No llegó a haber trompadas y la cosa se calmó, hasta que el eurodiputado González Pons ha calificado de “cobardica de marca mayor a Puigdemont”... Semejante expresión no es muy de echao pa’lante, ¿no?

Palabra de derechita cobardica

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