GARZÓN, no Baltasar, sino el tal Alberto, ha desaparecido del mundo. Desde que Rajoy inició los contactos para su investidura no se ha vuelto a saber del comunista enamorado de los gatos; ni siquiera alguien le ha preguntado qué opinaba sobre las negociaciones. Y, claro, se ha puesto triste, una pena a la que hay que añadir el poco futuro de los diputados que IU aporta a Ni Unidos Podemos, que no van a poder formar grupo propio... Machiño, cuando se firma un contrato, y más si es con Pablo “Viva la Gente” Iglesias, hay que leer la letra pequeña.