La ortodoxia renace: del turco al portugués

La ortodoxia renace: del turco al portugués

MOURIÑO –con “ñ”, que en la fala viguesa quiere decir persona cabal, por contraposición con Mourinho con “nh”, que en la fala de un poco más abajo quiere decir persona asalvallada– volve ao rego. Por algo es cabal. ¿Qué pintaba un turco en el banquillo del Celta? Nada, suponía una aberración, por eso ha puesto en la calle a Antonio Mohamed. Para el puesto ha contratado a Miguel Cardoso, un portugués, como debe ser. Cardoso ya anduvo por Galicia, donde trabajó como ayudante de Domingos Paciencia en el Deportivo. Eran los tiempos en los que Jorge Mendes –a quien Lendoiro llamaba “O afillado”, de lo que se deduce que él debía de ser “O padriño”– colocaba en Riazor los productos que no tenían salida en ningún otro mercado. Solo fueron seis partidos, pero lo marcaron, porque en su presentación agradeció al club la oportunidad que le daba de iniciar un nuevo proceso “en el Real Club Deportivo”. Ya hay planes de revolución en la Grada de Río, donde corean aquello de: “O portughés si non a cagha na entrada, cághaa na saída”. ¡Qué racismo! FOTO: cardoso | efe

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