La ofensiva contra los conductores celtistas

LAS plazas de aparcamiento son un bien tan escaso en la zona de Balaídos como abundante lo fueron en otros tiempos la lonas. Pese a ello, el todopoderoso Caballero, don Abel, no tuvo compasión y el domingo lanzó en tropel a los policías locales, que se hincharon a poner multas. Menos mal que en Vigo no va mucha gente al fútbol y que el rival del Celta era Osasuna, que tampoco llama mucho, porque si no habría miles de automovilistas damnificados y estaría cubierto el presupuesto municipal para un par de años. De todas formas, ya le vale al alcalde.

La ofensiva contra los conductores celtistas

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