Nuestro Black Friday

Hay que reconocer que los españoles, cuando nos entregamos a algo, lo hacemos de verdad. Así, cuando surgió la moda de los muñequitos de Papá Noel colgados de la ventanas, en detrimento de la muy nuestra tradición de los Reyes Magos, las fachadas se llenaron de muñecos rechongos y rojos que convertían en un peligro el salir a dar un paseo sin casco. Luego llegó Halloween, y con la fiesta, las calabazas, los disfraces y el truco o trato. Y de nuevo no quedó esquina sin su naranja recuerdo de esa celebración importada. Y, ahora, llega el Black Friday, y de nuevo nos volvemos locos. Lo convertimos en la semana black, la quincena friday y hasta el mes. Todo sirve para nostros, tan acostumbrados a importan que vamos atesorando nuevas tradiciones, eso sí, sin renunciar a las nuestras. Seguimos con nuestros Magos de Oriente, con los huesitos de difuntos y seguiremos con las rebajas de enero. El caso es enriquecer lo nuestro con todo lo que nos venga de fuera, por muy a desmano que nos quede.

Nuestro Black Friday

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