Ni madrileñofobia ni odio a los turistas. Precaución

buena la ha montado el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, a cuenta de querer controlar a los viajeros que lleguen a Galicia desde zonas donde está más activo el coronavirus. Si ya fue acusado de madrileñofobia, ahora habrá quien lo acuse de una especie de xenofobia selectiva. Sin embargo, nada hay de eso en su gesto. Todo lo contrario. Está demostrado que el incremento de positivos de Covid-19 en Galicia se produce por casos importados. Es decir, son personas que llegan de fuera y que acaban contagiado a sus grupos más cercanos. Por ello, es normal que el Sergas pretenda tener localizadas a estas personas. No se les prohíbe la entrada en Galicia, no se les impone una cuarentena, lo único que se pretende es que se pongan en contacto con el Sistema Gallego de Salud y, a partir de ahí, si surge un problema, poder actuar con la mayor rapidez posible. Además, todos los gallegos que se hayan desplazado a una de las zonas señaladas tendrán que hacer lo mismo. Aquí no hay distinciones. Foto: un grupo de turistas, caminando por una calle | aec