Mucho espíritu emprendedor, pero poca cabeza

algún espabilado comenzó a frotarse las manos cuando en el sorteo de Copa vio que el rival del Ibiza es el Barcelona y, demostrando ser una mente criminal sin parangón, urdió un plan para hacerse con un buen fajo de entradas que poder revender. Así que se coló en las oficinas del club y se llevó cuarenta. Pero se ve que, o bien este emprendedor no está familiarizado con el fútbol o no le dio la cabeza para más, porque obvió el hecho de que tienen un identificador que ha permitido saber cuáles son y anularlas. Eso, unido al hecho de que, evidentemente, se sabe a qué zona del campo corresponden, le pone las cosas muy difíciles al que pensaba lucrarse y quizá ver el partido gratis. Mejor que vaya a un bar.

Mucho espíritu emprendedor, pero poca cabeza

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