Un ministro un poco falto de cultura

JoSÉ Guirao andaba enfrascado en asuntos culturales trascendentes cuando Maxim Huerta saltó por los aires, se desembarazó de la corbata y recuperó los polos de manga corta y muy estrecha a la altura del bíceps. Eso ocurría por mediados de junio, con el follón de pazo de Meirás en plena ebullición. Guirao no tenía ni idea de por dónde caía la casa en la que los Franco veraneaban en plan okupa ni qué ocurría con ella. Han pasado cuatro meses y sigue sin saberlo. Así lo demostró tras reunirse con Feijóo: “No sé si hay causa o no, pero si lo dice el presidente de Xunta... habrá”. Por cierto, el pazo pilla por el Valle de los Caídos, ¿no?

Un ministro un poco falto de cultura

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