Una lista de espera mortal


O fillo do fillo do muiñeiro; para sus amigos, Rafa; para sus rivales, Cuiña, y para sus conciudadanos de Lalín, el alcalde, anda con problemas parecidos a los del Sergas: las listas de espera. Lo malo es que los afectados de su municipio no aguardan por una operación o por una consulta, sino por un nicho. Y es que hay quien espera desde 2008 por una plaza en el cementerio de Romea, una situación que ha llevado al Ayuntamiento a autorizar la apertura de 24 nuevas sepulturas. Si quienes van a ocuparlas llevan muertos desde 2008 en su casa debe haber un cheiro terrible –por muy bueno que sea el arcón congelador–, pero casi es peor la situación de quienes esperan desde entonces para poder estirar la pata porque no tenían donde caerse muertos.

Una lista de espera mortal

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