El lenguaje inclusivo de una bocazas morada

¡ALÁ vai!, Pablo, antes Pablo Manuel, “Viva la Gente” Iglesias tiene unas hijas secretas. El sismógrafo de la prensa del corazón, y de algún digital que se dice político, trazaba unos picos descomunales. La confesión de la portavoz adjunta de Podemos, Noelia Vera, no dejaba dudas: “Tenemos el que pensamos que es el mejor candidato, que ahora mismo está cuidando a sus hijos e hijas en sus prácticas feministas”. Las niñas no podían ser de Irene Montero, ¿de quién eran? En cambio, quedaba claro que es una mujer tolerante, pues permite que las medio hermanas de Leo y Manuel vivan en la casa morada. Pero ¡qué va!, las hijas, que no son más que hija, en singular, aún está en el vientre de Montero, que ayer echó un capote a Vera anunciando que conocía su embarazo y que había sufrido un desliz. ¡Ay! el lenguaje inclusivo. A ser bocazas se le llama desliz.

El lenguaje inclusivo de una bocazas morada

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