Laura Pérez y las malas compañías

DICEN que quien anda con un cojo acaba cojeando. Y debe de ser verdad, al menos por lo que respecta a la portavoz parlamentaria de Podemos en Navarra, Laura Pérez. Tanto relacionarse con el novel especulador inmobiliario Ramón Espinar; con un empresario en negro como el tierno herbicida Pablo Echenique –“soy muy del amor y esas cosas, pero la mala hierba hay que arrancarla”–, o con el amnésico parcial con Hacienda Juan Carlos Monedero, que le parece que todas las irregularidades son legales y viceversa. Solo así se puede entender su imbecilidad de calificar de filantropía barata la donación de Amancio Ortega contra el cáncer.

Laura Pérez y las malas compañías

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