La violenta cortesía

GANDHI tenía dos debilidades: andar por el mundo en paños menores y predicar la paz. Si el marketing estuviese tan desarrollado en sus tiempos como en la actualidad, podría haber acabado como icono de una marca de ropa interior, igual que Beckham, pero nunca le ofrecieron esa oportunidad y toda su vida lució unos calzoncillos bastante cutres. Puigdemont es otro ángel del buen rollito. Por cierto, no sería raro que acabase siendo él quien pida la extradición, pues los alemanes lo están sometiendo a una dieta estricta. Anoche le dieron de cena pan de centeno con mantequilla y unas finas lonchas de embutido. Nada que ver son unos rebanadas de pan de payés y unos buenos trozos de fuet. El caso es que la violencia no cabe en la cabeza del expresident, que asegura que los miembros de los Comités de Defensa de la República son unos jovencitos pacíficos y educados que no montan nunca un follón... Seguro que salen a la calle cada mañana buscando ancianitos para ayudarles a cruzar la calle.

La violenta cortesía

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