La patente del diferido

maría Dolores de Cospedal, que reparte su tiempo entre el Ministerio de Defensa, ser la imagen de una peluquería de Honduras y la secretaría general del PP, fue la inventora de la indemnización en diferido. Luis Bárcenas fue el conejillo de indias del experimento, que mal del todo no debió de salir, puesto que él nunca se quejó ni se le aprecian bultos por el cuerpo, pasados casi cuatro años y medio desde entonces. Sin embargo, transcurrido ese tiempo no se sabe si ella patentó o no la idea; si no lo hizo, podría registrarla ahora, en diferido, y le sacaría un pastón a Puigdemont por su independencia aplazada. Puestos a negociar, ella podría pedirle el 3% del PIB catalán, que ya no es lo mismo que antes de que empezase la fuga de empresas, pero aún sigue siendo un pico. La de hierba y pienso que podría comprar para la cabra de la Legión; el bicho podría llegar a adquirir el tamaño de un diplodocus. No habría que mandar ni un tanque en caso de invasión. Su presencia en las Ramblas causaría un pánico similar al que hubiese provocado Godzilla.

La patente del diferido

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