La egipcia Ada Colau

ADA Colau, el último capricho de la burguesía catalana, es un ser poliédrico con tantas caras que es imposible descubrirlas todas: activista antidesahucios, alcaldesa, mecenas de okupas, separatista, paracaidista electoral, emisora de moneda, rebautizadora de calles, impulsora del Ejército de Catalunya, sectaria con las víctimas del terrorismo, promotora inmobiliaria de mezquitas, chanchullera con los alquileres, enemiga de los cruceros... y ahora también personaje del antiguo Egipto, pues se pone de perfil mejor que el mismísimo Tutankamón. La alcaldesa de Barcelona no reconoce la independencia de Cataluña, pero sí la legitimidad del Gobierno de Puigdemont. La alcaldesa de Barcelona aspira a ser la nueva Pablo, antes Pablo Manuel, “Viva la Gente” Iglesias” y con semejantes actitudes avanza a toda velocidad hacia esa meta. Legítima aspiración la suya, desde luego, como lo sería también que quisiese ser actriz porno o astronauta, pero le va a ser más fácil alcanzar la primera; solo tiene que dejarse coleta, porque inútil ya lo es dabondo.

La egipcia Ada Colau

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