El kalashnikov dialéctico del jefe de Podemos en Ferrol

FERROL, el pueblo natal de Pablo Iglesias, el de antes, no el de ahora, vive convulsionado por la situación del partido de Pablo Iglesias, el de ahora, no el de antes. Carlos del Río, que así se llama el que hasta ahora era el jefe de todo lo que tuviese color morado, ha cogido el kalashnikov –dialéctico, que un podemita es antimilitarista por definición– y se ha ensañado con el Pablo Iglesias de ahora –“un dictador”– y su círculo más cercano –“unos niños pijos avalados por la organización”–. Pero ha visto que le quedaban balas en el cargador y ha seguido: “Podemos se ha convertido en un parque infantil, por no decir en un frenopático de esquizofrénicos”. Si la Fábrica de Armas no llega a estar parada, Del Río compra unas cajas de cartuchos y deja al partido como si lo hubiesen bombardeado con napalm. Pero no hay duda de que se tuvo que quedar a gusto.

El kalashnikov dialéctico del jefe de Podemos en Ferrol

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