El interiorismo político se pasa a las puertas que se abren y se cierran


LAS puertas giratorias ya son un objeto vintage. Su vida fue efímera, llegaron a ser lo más de lo más, pero ahora se pueden encontrar en los anticuarios o en la ferranchina. Ciudadanos –algo útil tenía que hacer– se ha encargado de arrumbarlas y poner de moda las de toda la vida, las que se abren y se cierran, pero tanto se han metido sus dirigentes en la campaña de promoción que en cuanto uno las abre, otro las cierra. El portavoz parlamentario de C’s, Juan Carlos Girauta, que debe ser de buen dormir, se levantó pletórico y en Los Desayunos de TVE anunció la posibilidad de llegar a un acuerdo con el PP para formar un gobierno sometido a una cuestión de confianza a los dos años. Ya al mediodía, el vicesecretario general, José Manuel Villegas, que a la hora del aperitivo debe sufrir ira gástrica, dijo que de eso nada. Las bisagras estaban bien engrasadas y no hicieron ruido, pero aun así...

El interiorismo político se pasa a las puertas que se abren y se cierran

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