Un impuesto siempre cuesta pagarlo, pero por sorpresa más

HAY cosas que cuesta mucho trabajo comprender. Por ejemplo, alguien tendría que explicar el afán recaudatorio demostrado por los mareantes herculinos, sobre todo teniendo en cuenta que luego, a la hora de la verdad, Ferreiro y los suyos no se gastan ni un euro de lo presupuestado. Y, pese a ello, se empeñan en amargar las vacaciones de los coruñeses haciendo que todos aquellos incautos que en su día domiciliaron en el banco el pago de los impuestos municipales hayan sentido ya el duro mordisco del IBI. Para los ciudadanos, la acción se ha realizado con nocturnidad y alevosía y, sobre todo, con una flagrante falta de información por parte de los responsables municipales. Ellos alegan que los plazos de pago se conocían, pero también es verda que muy poca gente lee la letra pequeña cuando firma un contrato. Sea como fuere, que se vayan preparando ya que el cuatro de octubre les llegará la dentellada de las tasas de basuras, cementerios y actividades comerciales, que, por cierto, es otro pico. FOTO: El alcalde y Xiao Varela, con la concejal de Facenda, Eugenia Vieito | aec

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