La Historia ya reserva sitio para Puigdemont

UNAS rodajas de fuet, aunque sean con el pellejo, no le hacen daño a nadie; como tampoco se lo hacen el pa amb tomáquet o los calçots. Si uno viene con un defecto de fábrica, no se lo curan, pero tampoco se lo agravan. En cambio, los mejillones, no los de batea eh, sino los que tanto gustan por Bélgica y las coles de Bruselas hacen un daño terrible. No al estómago, sino a la capacidad de razonamiento. ¡Que se lo digan al prófugo Puigdemont! Es verdad que ya desde hace tiempo sufre dificultades para discurrir como si fuese una persona normal, pero desde que se escapó a Waterloo las complicaciones se han agudizado. Su última revelación lo deja claro: “No me veo como un líder, pero la Historia me contradirá”. ¡Ole!, que diría un charnego o un tabarnés, que casi venche sendo o mesmo.

La Historia ya reserva sitio para Puigdemont

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