Aquella gran mentira del beneficio del libre mercado

Cuando se liberaron los precios de los combustibles (parece que fuera allá por el pleistoceno), se aseguró a los ciudadanos que la medida serviría para que bajaran, gracias a la supuesta competencia. Ahora, ya bastantes años después, sabemos que llenar el depósito del coche se ha convertido en una especie de suplicio que se lleva buena parte del presupuesto mensual. La libertad ha servido para que, por ejemplo, el gasóleo empiece el año en máximos que no se recordaban desde julio de 2015. Pero la cuestión es que, en aquel momento, el barril de crudo andaba rayando los cien dólares, muy lejos de lo que ahora se está pagando en los mercados de futuros. Es decir, que, de nuevo, alguien se está llevando una tajada muy gorda. Ulo la competencia?

Aquella gran mentira del beneficio del libre mercado

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