La fiesta de la tolerancia que no lo fue tanto

No parece de recibo que la que tenía que ser la gran manifestación de la toleracia haya acabado poco menos que a golpes, con la Policía teniendo que escoltar a los miembros de Ciudadanos que acudieron a la marcha del Orgullo en Madrid. Como tampoco lo son las declaraciones del ministro del Interior, Grande-Marlaska, quien en unas declaraciones criticó a Ciudadanos por “pactar de forma obscena con quien limita los derechos Lgtbi”. Para añadir a continuación que “eso debe tener consecuencias”. Él más que nadie tiene que poner el punto de cordura a una situación que, por mucho que se empeñen unos y otros, en este país está por suerte superada y normalizada. Por ello, sería bueno que nos olvidáramos de las declaraciones grandilocuentes y que los políticos, por su parte, se olviden de intentar obtener votos a cuenta de colectivos que lo que necesitan son leyes que promuevan su igualdad. Y, por cierto, los intentos del PSOE de matar al mensajero tampoco parecen la respuesta más adecuada para este nuevo conflicto.

La fiesta de la tolerancia que no lo fue tanto

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