La evolución de los saltimbanquis de la política

La evolución de los saltimbanquis de la política

MENTAR a Verstrynge es como remontarse a la noche de los tiempos. Su estrella brillaba antes de que Fraga levantase su casa de Madrid y decidiese venir a Galicia. Por entonces era el delfín de don Manuel y con el paso del tiempo fue evolucionando. No es que se transformase en un cetáceo de gran tamaño, tipo cachalote; su metamorfosis fue intelectual; primero se arrimó al PSOE y ahora es un podemita convencido. Pero no es necesario viajar hasta Madrid para encontrar saltimbanquis políticos. Pili Neira, conspicua nacionalista y activista histórica de la selección galega, xa, es ahora sociata de toda la vida. José García Buitrón, exgerente del Chuac y excoordinador de la unidad de Trasplantes, que incluso fue candidato con Javier Losada, se siente ahora más cómodo luciendo coleta. No obstante, el acróbata que más lejos ha llegado es Tone Gómez-Reino, formado en el radicalismo de AMI, las dudas de fe lo llevaron al Beneguai, actualmente es jefecísimo de Podemos y aspira a serlo de todos los círculos concéntricos enxebres. Renovarse o no pintar nada, esa es la cuestión. Por cierto, Tone lleva en su candidatura a Buitrón. FOTO: tone, un día que trabajó en el congreso | aec

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