La esclavitud amenaza a los psicólogos penitenciarios

A los Jordis, el apellidado Sánchez y el apellidado Cuixart, seguro que les ilusionaba hacer de cicerones en Soto del Real, ciudad de vacaciones, de Oriol Junqueras, el presunto hermano gemelo de Miguel Durán el de la ONCE, y los ocho exconsellers que ayer pasaron por la Audiencia Nacional, pero los pobres se han quedado con las ganas. Ni uno solo salió de la visita a la juez Lamela con billete para esa cárcel. Otras cinco prisiones de Madrid fueron el destino elegido para los miembros del antiguo Gobierno catalán, lo que significa que los equipos psicológicos de esos cinco centros penitenciarios están condenados a jornadas laborales tan maratonianas como las que protagoniza Ferreras en La Sexta, porque serán cientos los reclusos a los que haya que ayudar a superar tanta matraca. Por cierto, ¿y Puigdemont? Bien, gracias, por ahora, por allá por Bruselas.

La esclavitud amenaza a los psicólogos penitenciarios

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