El electoral arreglo de las (des)cubiertas del estadio

El electoral arreglo de las (des)cubiertas del estadio

CUATRO años –¡nada más y nada menos!– tardará la Marea nasía pa’ganá, en reparar las (des)cubiertas de Riazor. Cuando Negreira ganó las elecciones hace dos años las obras ya estaban contratadas, pero Xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira, que accedió a la Alcaldía pese a no ganar las elecciones, decidió que no quería saber nada de herencias y deshizo el acuerdo. Ahora, el nuevo proyecto prevé que el arreglo esté acabado en mayo de 2019, que –¡oh, casualidad de las casualidades!– es justo cuando se celebrarán las municipales. Porque la ley ha limitado la inauguración de obras en los períodos electorales, que sino tendría gracia ver al alcalde cortando la cinta con una podadora de las que usa la concejala de Bienestar Vegetal, María García, biotopo pata negra, para cortar las malas hierbas –hierbas espontáneas, dice ella– cuando salen tan malas –y tan espontáneas– que son inmunes al herbicida no tóxico. Por cierto, los plazos de la obra van tan ajustados que el estadio tendrá que estar cerrado durante tres meses, así que como el próximo invierno vuele la techumbre y haya que aplazar un partido, alá vai a programación y alá vai a inauguración. FOTO: ferreiro, en su localidad de riazor | aec

El electoral arreglo de las (des)cubiertas del estadio

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