El efímero disfrute del placer de Leiceaga

 


EN buena hora se le ocurrió a Leiceaga ser el candidato del PSdeG a la Xunta. Argalló con Pilar Cancela cómo darle una patada en el trasero a Méndez Romeu y se la dieron, pero a ella le gustó tanto eso de los puntapiés que a continuación se la propinó a él. Que quieres las listas para septiembre, pues yo las quiero para ya, y soy la jefa de la gestora. Al cabeza de lista solo le quedó el placer de anunciar que renovaría a fondo las candidaturas. Pero poco tiempo tuvo para gozar, pues el todopoderoso Caballero, don Abel, irrumpió en su vida de inmediato: “Yo repetí toda la lista de Vigo. Éramos once concejales, repitieron los once y salimos 17”. Renovar o no renovar, esa es la cuestión.

 

El efímero disfrute del placer de Leiceaga

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