LOS protagonistas del mito de la caverna no solo pasan su vida encadenados sino que únicamente ven sombras. En cambio, en la mítica caverna blanca no hay ni un solo grillete y todo es luminosidad. Pero, pese a esa situación idílica, hay quien está a punto de ver la tarjeta roja y ser expulsado de la gruta. Marcelo corre un grave peligro después de que reconociese que había cometido un penalti ante el Bayern: “Mentiría si digo que el balón no me da en la mano, es penalti”. Su puesto podría ocuparlo el también sincero Muller: “El árbitro hizo un buen trabajo, no perdimos por su culpa”. El fútbol es así. FOTO: marcelo y muller, durante el partido del martes | efe