Una dieta carente de los rabos de pasas

DESDE que renunció a la presidencia de honor del partido al que condujo al deshonor más absoluto, pues durante su imperio fue cuando la corrupción se desbocó y se metió a lobista, con “b”, no con “v”, o sea, no será un depredador de mujeres, sino de voluntades, Aznar tiene mucho tiempo libre y se aburre tanto que cada dos por tres se explaya con una homilía. Todas ellas llevan el mismo título: “Duro y a la cabeza a Rajoy”. El último sermón lo ha lanzado en la revista Plaza de Valencia, donde ha asegurado que le cuesta reconocer en el PP actual al que él refundó en 1990. Aznar no lo hará, pero habría que añadir: “Afortunadamente”, porque de los peperos de aquellos tiempos, los que no están en la cárcel, hacen cada dos días una visita a los juzgados. Es más, el expresidente del Gobierno hace la prueba del carbono 14 y fecha en 2003 el nacimiento del procés. ¡Qué desmemoriado! Ya no se acuerda de que él hablaba catalán en la intimidad y pactaba con Pujolone lo que hiciese falta desde mucho antes... FOTO: aznar esboza una sonrisa muy suya | aec

Una dieta carente de los rabos de pasas

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