Una corte de perroflautas acompañará a los Reyes Magos

MARÍA Casares andaba Panaderas arriba, Panaderas abajo escenificando monólogos. Fernando Rey se ponía el uniforme de su padre y recreaba en Riazor el desembarco de Alhucemas. Años más tarde, Pucho Boedo carretaba un organillo por A Coruña adelante y cantaba en cualquier esquina que encontraba libre. Más adelante, como quien dice ayer, María Pujalte improvisaba comedias en la calle de la Estrella y Marta Sánchez hacía gorgoritos al pie de la Torre. Todos ellos son los pilares de la tradición teatreira de la ciudad, esa que el concejal de Culturas, el escritor cinematográfico unicrédito José Manuel Sande, ha decidido recuperar para la Cabalgata de Reyes. Él, desde luego, lo explica mejor, “se trata de transmitir la idea de una ciudad vinculada con el nuevo circo, con el clown, con el teatro de calle y cualquier expresión artística que tenga en la calle su ámbito natural”. ¿Qué habrá sido de la payasa que durante tantos años entretuvo a los conductores en el semáforo del cruce de la rosaleda de Méndez Núñez a la Delegación del Gobierno? Habrá que hablar con Lobatón para que la busque. Ni Melchor, ni Gaspar, ni Baltasar, ella, musa del perroflautismo local, debería ser la estrella de la Cabalgata.

 

Una corte de perroflautas acompañará a los Reyes Magos

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