La complicada ceremonia de rebautismo del Beneguai


LA asamblea nacional del Beneguai iba a ser en febrero, pero ya ha quedado aplazada hasta marzo. En algo se van pareciendo los bloqueiros a los mareantes; ¿o será al revés? que los mareantes aún conservan costumbres de cuando eran bloqueiros y por eso lo posponen todo. Aunque en este caso el cumio quedó adiado por el problema que representa el posible cambio de nombre de la formación. Antes de las elecciones autonómicas, habría llegado con poner unos farrapos a la criatura y levarla a la pila rebautismal, pero a la vista de las sorpresa que protagonizó Ana Pontón, el rostro humano del Beneguai, hay que vestirla con gusto –menos mal que el téxtil enxebre está fuerte y no hay que salir al extranjero a comprar un faldón, porque si no...–. El caso es que el sector vintage no está muy por el cambio –nunca lo estuvo por ningún cambio que signifique avanzar– y se resiste a modificar la denominación. ¡Con lo bonito que sería llamarse Pleamar!, o incluso Marea Viva y poner de candidato a Petróleo.

La complicada ceremonia de rebautismo del Beneguai

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