La “casual” elección del autor del cartel del Carnaval


TODO va bien; como si una mente privilegiada hubiese diseñado la estrategia. La polémica sobre el cartel del Carnaval se centra en si el dibujo pretende ridiculizar o no al papa Francisco y por extensión los sentimiento de los creyentes. Xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira, ya se apuró a jurar y perjurar que el dibujo no intenta ofender y lamentó que alguien se haya podido sentir ultrajado. Perdón no ha pedido, es verdad, pero al menos ha sido un poco más rápido que su asesor de cabecera, Iago Martínez, quien tardó meses en excusarse de aquella manera por los insultos que lanzó, entre risas, contra los funcionarios y los concejales de la oposición. Y así entre disculpas que no lo son y controversias va pasando inadvertido que el encargo del cartel se formalizó por el procedimiento de adjudicación directa a Alberto Guitián, que –¡oh casualidad de las casualidades!– además de firmar sus creaciones artísticas, firma también manifiestos de apoyo a la Marea, nasía pa’ganá. A lo mejor la xente do común lo eligió simplemente por la belleza de su rúbrica y los malos lo han sacado todo de madre; ¡quién sabe!, en Carnaval nada es lo que parece, o sí.

La “casual” elección del autor del cartel del Carnaval

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