LA imagen de Rubén dándole una palmadita de complicidad al poste es el resumen perfecto de lo que fue la visita del Deportivo a Barcelona. Los blanquiazules salieron del Camp Nou con cuatro goles ao lombo, que pudieron ser muchos más si no llega a ser por las paradas del propio Rubén y los palos–incluido el de Luis Suárez a Schär cuando iba un poco más de un cuarto de hora de juego–. Pero es lo que hay; el Deportivo está para lo que está, luchar por evitar el descenso, y algunos de sus jugadores, ni para eso. Ahí radica el problema del equipo, en las tremendas carencias de parte de sus miembros. FOTO: el árbitro habla con rubén | aec