Los cambios en las líneas de autobús deberán esperar un año

HAY personas que no se sabe por qué, ni qué es, pero que tiene algo especial. Por ejemplo, Curro Romero –perdón, Galicia, Mellor sen Touradas– empezaba a hacer el paseíllo y se extendía un embrujo por toda la plaza; o Usain Bolt, que se sitúa en la línea de salida y el estadio entero sabe que va a ganar la carrera. Aquí, a la puerta de casa, se alcanza otro tipo de hitos, como puede ser inaugurar un aparcamiento disuasorio y conseguir que después de más de un año siga absolutamente vacío. El autor de ese récord es Daniel Díaz Grandío, concejal de Movilidad Sostenible, que ya se dispone a establecer una nueva plusmarca. Hace bien poco anunció la inminente reestructuración de todas las líneas del autobús urbano, ya que el sistema está “enfermo”. Casi sin que haya transcurrido tiempo para asimilar semejante notición, los cambios ya han quedado aplazados hasta finales del próximo año. Son las cosas que pasan cuando la Marea, nasía pa’ganá, anuncia que va a hacer algo de manera inminente.