Un cambio que aún no tiene explicación

Un cambio que aún no tiene explicación

LA Marea, nasía pa’ganá, ya no es lo que era. Se está difuminando. Tener despacho y cobrar un sueldo público adocena, es verdad y la mayor parte de los concejales no tenían ni idea de lo que era ni una cosa ni otra. Es más, renegaban de ambas, pero esos eran otros tiempos. Xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira, sabía perfectamente lo que eran, pero es el primero que se está aburgueaando. Después de dar la turra durante dos meses con que no había ni una sola irregularidad en la compra de dos pisos a un abajo firmante –dícese de quienes rubricaron el manifiesto de los mareantes y que por una de esas casualidades de la vida se ven agraciados con un contrato municipal–, ahora ha reconocido que se cometieron errores patentes. Como consecuencia de esa confesión, los expedientes de ambos inmuebles acabarán en poder del Consello Consultivo para que los analice. La oposición había aprobado la entrega de los documentos, pero como el alcalde se cansó de advertir de que solo cumpliría los acuerdos del pleno que le petase, nadie pensaba –Iago Martínez, el Rasputín de Teis, menos que nadie– que fuese a enviar los papeles. ¿Bienvenido el cambio? Pues no se sabe, porque lo normal es que haya gato encerrado. A ver si los animalistas lo dejan escapar. FOTO: xiao varela cubre la espalda a xulio ferreiro | aec

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