Las calles se llenan

UNAS cuantas noches de música y la ciudad se ha llenado de juventud, esa especie de ser humano que no es frecuente ver en Ferrol. Los dos últimos conciertos han animado el espacio urbano, tomado habitualmente por palomas, y la gente espera más dinamismo y no tanta maleza. Cualquier pueblo vecino de la costa ártabra dispone de más animación en verano y en algunos lugares hasta pueden colgar el cartel de completo, como dan fe muchas estanterías vacías de los supermercados, que se quedan sin surtido, incluidas las galletas. Pero acabarán las fiestas y los visitantes que han venido hasta aquí a ver una actuación musical se marcharán sin conocer nada de la zona, porque faltó algo de ambiente para atraerlos unos días antes.