Una baja de segundo nivel y otra posible del primero

Una baja de segundo nivel y otra posible del primero

SI un jugador del equipo local marca un gol por la escuadra, el estadio enloquece. Si el tanto se lo cuelan a una ministra, es ella la que enloquece, pero no saca el pañuelo para agitarlo en señal de reverencia, sino para secarse las lágrimas. Le ocurrió a la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, con la creación de la Organización de Trabajadoras Sexuales, Otras –por cierto, ¿por qué en este caso solo Otras y no Otras y Otros?–. Tan certera rematadora fue la directora general de Empleo, Concepción Pascual, a quien ayer echaron a la calle. Pero fue curioso cómo se desarrollaron los acontecimientos. José Luis Ábalos anunciaba que Pascual había dimitido justo en el momento en el que Valerio le comunicaba su destitución. Vamos, que de renuncia nada; fue una expulsión –mucho más futbolística– en toda regla. Pues veremos qué ocurre con la ministra de Industria, Reyes Maroto. Pedro “La sonrisa” Sánchez anunció un impuesto al diésel y ella casi de manera simultánea afirmó que se trataba de un globo sonda. No pinta bien su futuro. El de ella, por supuesto. FOTO: la ministra maroto como si fuese una mujer normal haciendo la compra | aec

Una baja de segundo nivel y otra posible del primero

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